Sin crecimiento, seria crisis política, económica y social, Venezuela se ubica en el lugar 184 por debajo de Chad y Zimbawue!
El Centro de Divulgación del Conocimiento Económico (CEDICE Libertad), en alianza con la Red Liberal de América Latina (RELIAL) y la Fundación Friedrich Naumann para la Libertad, presentaron el Índice Internacional de Calidad Institucional (ICI), en un foro realizado en la Universidad Católica Andrés Bello. El mismo estuvo a cargo del profesor de la Universidad de Buenos Aires, Martin Krause, quien lo elabora anualmente. El ICI refleja la pérdida de calidad institucional que ha sufrido Venezuela, la falta de confianza en el país y el cambio permanente en las reglas de juego políticas y económicas. En los últimos años, Venezuela ha sido el país de América Latina que más posiciones ha perdido en este ranking.
Este Índice cuenta con el apoyo de la Red Liberal de América Latina y de CEDICE-Libertad en Venezuela, el cual ofrece un análisis de las fortalezas y debilidades que muestran los países en el aspecto institucional para la generación de riqueza, la calidad de vida, y la atracción de inversiones.
Las leyes de la economía nos explican la relación causal entre ciertas instituciones, el crecimiento económico, la mejora del nivel de vida y la posibilidad de aprovechar un mayor número de oportunidades. Esas instituciones son aquellas que protegen en forma efectiva derechos individuales básicos como el derecho a la vida, la libertad de opinión, de movimiento, el derecho de propiedad y la propiedad contractual.
Es lamentable que para 2015, Venezuela se ubique en el lugar 184 descendiendo 11 posiciones, por debajo de Cuba que se encuentra en el puesto 173. El deterioro institucional afecta directa y palpablemente la posibilidad de desarrollo de los venezolanos y de las empresas. “Los países que cuidan la calidad de sus instituciones tienen mucho mayor porcentaje de inversión extranjera directa y esa es una herramienta central para el desarrollo” Explicó Krause.
El estudio divide los países en dos grupos, los que tienen un buen indicador de calidad institucional o están mejorándolo y aquellos que no. Los primeros protegen la inversión y la actividad emprendedora, muestran un mejor desempeño económico y, con ello, ofrecen más oportunidades de progreso a sus ciudadanos. Los segundos suelen ser naciones que muestran violación a los derechos de propiedad, a la libertad contractual, a la de expresión, donde no hay libertad de precios y tienen muchas trabas al funcionamiento de los mercados lo que afecta la inversión y se paga con menos oportunidades y una baja calidad de vida y que analizados en largos períodos de tiempo, muestran una tendencia a la decadencia económica y social, en este grupo se encuentra Venezuela.
Este índice anual tiene como base ocho indicadores confeccionados por organizaciones internacionales como el Banco Mundial, la Heritage Fundation, The Wall Street Journal, Transparencia Internacional, Freedom House y el Instituto Fraser. no define un grado óptimo de institucionalidad, sino que registra las posiciones relativas, calificando del 0 al 1. Cuanto más cerca está un país del 1 significa que mejor fue su desempeño en esta materia. Expresó el experto.
En resumen, Venezuela, cuando se compara sobre base metodológicas y criterios técnicos mundialmente reconocidos se encuentra en la cola, situación que es alimentada por un diseño de políticas públicas que en nada pareciera considerar los criterios de transparencia, eficiencia y eficacia en la gestión pública, conceptos estos modernos para lograr generar riqueza, mejorar su distribución y garantizar los derechos sociales, económicos y de propiedad de todos sus ciudadanos.
Los resultados de una gestión pública poco racional se evidencian en el deterioro de la infraestructura y calidad de los servicios públicos, en la conflictividad social y la aguda crisis económica por la que atraviesa el país.