¿Sabías que 20 de Octubre de este año el Ministro de Economía, Finanzas y Banca Pública, presentó Ley de Presupuesto para el Ejercicio Económico Financiero 2016?
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En vista a esto, el Observatorio de Gasto Público de Cedice Libertad, ha elaborado un análisis, tomando como primer punto que las estimaciones presupuestarias para el 2016 están estimadas en 1 billón 548.574 millones (108,79% más que el período anterior)
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Durante la sesión ordinaria de la Asamblea Nacional del día 20 de octubre, el Ministro de Economía, Finanzas y Banca Pública, R. M. Torres, presentó el proyecto de Ley de Presupuesto para el ejercicio fiscal 2016. En el documento, queda establecida una proyección de desembolsos por parte del Gobierno Central de Bs. 1 billón 548.574 millones (108,79% más que el período anterior) [1], mientras que el financiamiento, fruto de la naturaleza deficitaria del ejercicio presupuestario, se estima alcanzará el monto de Bs. 124.449 millones, es decir, una brecha del 8,03 %, pues según el funcionario, solo de esta manera se puede asegurar la continuidad de planes de inversión social y distintos proyectos estratégicos.
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Otras consideraciones primarias son los siguientes montos estimados:
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- Gastos de Funcionamiento: Bs. 813.324 millones.
- Pre-asignaciones Constitucionales: Bs. 447.486 millones.
- Servicio de Deuda: Bs. 241.256 millones.
- Ley Especial de Endeudamiento: Bs 195.213 millones.
- Colocación de Instrumentos de Deuda Pública a través de créditos en el extranjero: Bs. 159.300 (a cambio oficial CENCOEX representan USD 25.286 millones, es decir 64,45% más que lo disponible en las RRII, las cuales totalizan USD 15.376 millones para el 20 de octubre).
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Continuemos con algunas reflexiones sobre lo planteado en materia de Metas Macroeconómicas, pues ciertas omisiones han sido particularmente resaltantes. De acuerdo al Ministro, el presupuesto del año entrante se encuentra calculado a un precio promedio de barril petrolero de USD 40, evidenciando un ajuste forzoso en cuanto a los supuestos manejados[2], sin embargo, y siguiendo la línea del BCV, cifras correspondientes a la inflación estimada para el período, y cuánto será la variación del PIB se encontraron fuera de la línea discursiva. De igual manera se desconoce al tipo de cambio que habrá de regir en el siguiente período fiscal, esto quizás es debido al costo político de dar a conocer que ya se alcanzó a una inflación de tres dígitos, o de anunciar la intención de devaluar al tipo de cambio CENCOEX, presión que no se buscará aliviar hasta una vez finalizado el período electoral dado el impacto inflacionario que causaría.
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Finalmente, y de acuerdo a las interrogantes expresadas en la editorial previa, preocupa cómo se encuentran distribuidos los ingresos de acuerdo a su fuente de origen: de los 1.4 billones de bolívares que conforman la totalidad de los desembolsos, Bs. 216.581 millones corresponden a los ingresos de la actividad petrolera, mientras que los ingresos no petroleros alcanzan los Bs. 1.207.544 millones, es decir el 77,98% de los ingresos previstos. Marcos Torres acompañó estas cifras afirmando que se ampliaría la fiscalización tributaria, a la vez que se buscaría aumentar a la base de los contribuyentes, aunque aumentos en el IVA y otros impuestos no fueron descartados.
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Continúa así la sociedad venezolana pagando por los errores acumulados de la administración pública venezolana, pues como es usual, no solo será la base tributaria la que habrá de ampliarse, sino que también lo hará el tan familiar impuesto inflacionario, aunque esta vez con una magnitud sin antecedentes en nuestra joven, aunque accidentada historia como sociedad.
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[1] Para el mes de octubre, los créditos adicionales sumados al presupuesto estimado del año 2015 ya totalizaban los Bs. 1.45 billones, por lo que se estima el ejercicio fiscal 2016 busque cubrir las deficiencias nuevamente a través de esta herramienta de financiamiento. Destaca, sin embargo, que el ajuste interanual sea superior al 100%, mientras que las variaciones pasadas se encontraban entre los rangos de 20 y 30%, siendo esto un reconocimiento forzado de la realidad inflacionaria del país.
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[2] Recordará el lector, en caso de estar familiarizado con el tema, que ha sido práctica recurrente por parte de los diseñadores de los Presupuestos Nacionales, subestimar intencionalmente a la cesta petrolera con el fin de alimentar fondos parafiscales sobre los cuales el Ejecutivo goza de absoluta discrecionalidad. Consulte aquí.
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Observatorio Gasto Público CEDICE
Ramón Rey / Sary Levy-Carciente